Parque Quinta de los Molinos en Madrid con niños
Marta es mamá de Jorge (5 años) y Lucía (8 años), María es la mamá de Gabriela (8 años) y Álex (5 años). Afincadas en Madrid, nos cuentan todo sobre lo que tiene que ofrecer esta ciudad para niños y sus padres. Ya lo hacen en su blog Mamás, Peques y Súper Planes, y ahora también en Menudos Viajeros. Esta vez, María nos cuenta sobre uno de los rincones no tan conocidos de Madrid: el Parque Quinta de los Molinos.
En primavera no podemos dejar de visitar el parque “La Quinta de los Molinos” en Madrid, considerado Parque Histórico y Bien de Interés Cultural y un sitio precioso para ver los almendros en flor (suelen florecer en febrero/marzo). Es fácil llegar al parque que está situado en el Barrio de San Blas. Si vais en metro, la parada de Suanzes está justo a la entrada del parque; en coche, calle Alcalá a la altura del número 541.
Propiedad del Conde Torres Arias, en 1920 pasó a formar parte del patrimonio de César Cort Botí, profesor de urbanismo en la Escuela de Arquitectura, y fue él, quién construyó una finca de estilo mediterráneo con numerosos almendros y olivos. En 1982, los herederos de Cort Botí, llegaron a un acuerdo con el Ayuntamiento para que esta finca pasase a ser de uso público.
La Quinta tiene una extensión de 25 hectáreas, cuenta con fuentes, albercas, estanque con carpas rojas y dos molinos con aeromotores para facilitar el riego del parque, y que dan nombre al mismo.
Cuando llega la primavera, es cuando más bonito está el parque; los almendros en flor ofrecen todo un espectáculo para nuestros sentidos: el estallido de color, el aire perfumado intensamente....
Nos encontramos con numerosos fotógrafos profesionales retratando este hermoso paisaje, artistas pintando al óleo o acuarela.... ¡y yo con mi cámara y mi familia! Mis hijos corretearon felizmente por el medio de esta inmensa arboleda. Álex, que llevaba la mascota de su clase, la hizo volar por los árboles de rama en rama (literalmente), además de darle clases de cómo hacer volteretas.
Quizás, lo que les llamó más la atención, a parte de la cantidad de almendros en flor, fue el perfume que se respiraba. Gabriela me decía que olía como mi aceite corporal (que es de almendras.... ja,ja,ja).
Impresiona ver un manto blanco sobre la hierba verde. Mucha gente estaba de picnic, y es que está genial para llevarte unos bocatas y pasar una tarde divertida con los niños. Gabriela y Alejandro disfrutaron de todos los senderos y rincones que encontraban a su paso, observaron todo tipo de bichitos que visitaban las coloridas flores. Dejaron volar su imaginación convirtiéndose en pequeños exploradores de rincones.
¡Animaros a visitar el Parque Quinta de los Molinos con los niños en Madrid!
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