A los niños les encantan las búsquedas. Ya sean búsquedas del tesoro, gincanas, los juegos de pistas o el geocaching..... Y lo maravilloso de este tipo de actividades es que nos hacen fijarnos en detalles que muchas veces pasamos por alto. Pues en Barcelona hay una actividad de este tipo muy especial que podemos hacer con niños. ¡Se trata de convertirnos en buscadores de dragones! ¿Porque sabíais que hay más de mil dragones escondidos por toda Barcelona? Los podéis encontrar con la gincana autoguiada que organiza Vivelus. Mandamos a nuestra colaboradora Tana y los buscadoresde Gabriel y Noah de 4 y 5 años a probar la actividad. Tana nos cuenta su experiencia.

Estabámos muy contentos de poder probar esta actividad con los peques, que estaban emocionados. Primero reservamos la actividad en la web de Vivelus y enseguida recibimos un mail con todas las indicaciones de la ruta. Fácil y rápido. Tenemos que estar a las 11:00 en el punt de encuentro, la Rambla de Canaletas, para recoger el pack de la búsqueda de dragones.

Dentro, encontramos las guías con los puntos donde podemos encontrar los dragones, las pistas para encontrarlos (en 3 idiomas: castellano, catalán e inglés), un mapa (importante!), una brújula, papel y ceras de color para pintar el dragón que más nos gusta, los pañuelos de colores para identificarnos como equipo y un voucher de descuento de la tienda Art i Sa.

Nosotros aportamos unos prismáticos, útiles en algún punto y así recomendables. Preparados, listos, YA! Empezamos la ruta y en cada punto que nos indica el pack de Vivelus encontramos animales fantásticos. No solamente aprendemos sobre los dragones, pero también sobre sus "primos", que tienen por ejemplo la parte superior de águila y la parte inferior de león. 

En la guía nos explican detalles de cada lugar. También hay unos dibujos de los distintos dragones que vamos encontrando para poder identificarlos facilmente.

Las indicaciones de la guía para encontrar los animales son fantásticas. No se te pasa ni uno: "Fijáos aquí", "Seguid en dirección sur" (la brújula ayuda), "Entre la Rambla y la calle de la Boquería" (el mapa también ayuda). Encontramos un palacio protegido por caballeros, un mercado coronado por un vampiro, la fachada de una tienda llena de dragones, unos grifos (un primo del dragón!) que nos miran o unos dragones enroscados en unas farolas de Gaudí.

La leyenda de Sant Jordi nos aparece por doquier y es lo que más engancha a todos.

Al acabar la ruta que dura unas 2 horas, parada y fonda. Comemos en el centro y Gabi nos dibuja su interpretación de un dragón, un T-Rex lleno de colores.

Atentos a cada paso, los peques se lo pasan en grande y aprenden a mirar. Durante los días siguientes que hemos pasado por aquellos sitios, Gabi me vuelve a decir: "Aquí hay un murciélago" o "¿Y aquí cuántos dragones hay? Vamos a contarlos". Es una actividad muy divertida para conocer Barcelona de una manera diferente que entretiene a pequeños y mayores.