En el norte de Extremadura, cerca del pueblo Hervás, hay unas casas rurales ideales para ir con niños. Estamos hablando del Manantial del Fresno.

Estuvimos en el puente de Octubre con Daila (4 años) y Batiste (1,5 año) en una de las casitas con dos habitaciones. Rodeados de olivos, patos, gallinas y conejos hemos pasado un puente espectacular.

El Manantial del Fresno consta de unas 10 casitas en medio del campo. En el edificio central, el dueño Aurelio sirve desayunos, atiende la barra o da consejos sobre qué ver y hacer en los alrededores. Daila iba preguntándome "mamá, dónde está Laurel?" para poder seguirlo o ayudarle a dar de comer a los patos. Vamos, un hombre encantador!

Las casitas están totalmente equipadas para una estancia cómoda. Nuestra casa tenía dos habitaciones espaciosas, salón-comedor con cocina y un baño amplio. Enfrente de la casa hay una pequeña terraza con mesa y sillas. Para el peque había una cuna y por la noche, la calefacción calentaba la casa agradablemente. Nada más salir de la puerta de casa, te tropiezas con conejitos y gallinas. Daila y Batiste no se cansaban de correr detrás de ellos.

Aurelio ha colgado columpios en muchos de los olivos, lo que garantiza diversión durante horas para los peques.

Además, hay un pequeño campo de fútbol, una piscina para cuando haga buen tiempo y un estanque (vallado) con patos.

El Manantial del Fresno está rodeado de campo. Si das un paseo corto, puedes ver caballos y vacas (y darles de comer) o simplemente disfrutar de la tranquilidad del sitio.

Hervás, un pequeño pueblo con encanto, está a unos minutos en coche. Tiene un barrio judío antiguo muy bonito, que vale la pena explorar.

Además, hay muchas rutas de senderismo en los alrededores, balnearios y pueblos antiguos. Vale la pena explorar el norte de Extremadura con niños y quedarse en el Manantial del Fresno. Lo recomendamos de corazón. 

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